En una era en la que la publicidad digital se ha popularizado entre los anunciantes, el fraude publicitario en Internet va en aumento. Una importante suma del dinero de los anunciantes se malgasta en impresiones de anuncios que no llegan al público objetivo, no se muestran correctamente en los navegadores de los usuarios o aparecen en sitios web fraudulentos. En 2020, por ejemplo, el

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